lunes, 15 de octubre de 2018

A Star is Born


★★★ ½

Nace una estrella
USA: 2018, 135 min.
Clasificación: B15
Director: Bradley Cooper
Guión: Bradley Cooper, Eric Roth, Will Fetters,
Con: Bradley Cooper, Lady Gaga, Sam Elliott, Anthony Ramos, Rafi Gavron, Dave Chappelle, Andrew Dice Clay.
Drama. Musical. Romance.




Realmente son dos estrellas las que nacen con este nuevo remake de A Star Is Born: el director / cantante Bradley Cooper y la actriz Lady Gaga. Los rumores son ciertos: él se escucha como una estrella country; ella actúa como una estrella de Hollywood. Parte del gozo meta narrativo de esta película es que disfrutamos el riesgo y el atrevimiento de nuestros intérpretes, al tiempo que queremos a sus personajes por hacer lo mismo.

El continuo éxito de la historia de A Star Is Born, me parece, se basa en su forma de retratar el amor. Primero, como un ideal: dos personas que se admiran y complementan, y aprenden a amarse a través de su arte. Segundo, como una tragedia: a pesar de su amor no pueden controlar sus peores impulsos, aunque en ningún momento dejan de desearse bien. Creo que cualquiera puede identificarse con al menos una de estas dos expresiones. (Además, a todo esto se suma nuestra fascinación por la fama, resultando en una fórmula ganadora.)


Bradley Cooper en La La Land.
Jackson Maine (Bradley Cooper) es un cantante alcohólico en continua picada. Se está quedando sin oído y depende de los cuidados su hermano (Sam Elliott, brillante en pocas escenas), quien también es su manager. Ally (Lady Gaga) es una gran cantante que no ha tenido suerte sólo por su aspecto físico. Trabaja en una cocina de día y por las noches interpreta covers en vivo en un bar de drags (las dragas hacen todo más gracioso, lo juro).

Inevitablemente se conocen una noche. Él queda fascinado con su talento. Caminan y platican. Se conocen. Ella le muestra una de sus composiciones. Él la invita a un concierto donde la anima a cantar para su público. Pronto empiezan a enamorarse y a cantar juntos en más shows… pero él es un adicto y ella está en pleno camino hacia la gloria. ¿Qué tan lejos podrán llegar antes que todo se derrumbe?

La primera mitad de la película --donde se muestra el ascenso de Ally-- es la mejor. Es hermoso ver a ambos personajes descubrirse mutuamente a través de la música y llevándose a vivir momentos que no imaginaban. La química de los protagonistas es crucial y tanto Cooper como Gaga nos venden el romance. 





Él está brillante: aunque su papel no tiene una caracterización extensa, balancea perfectamente lo horrible de su adicción con su carisma natural. La bondad de Jackson sobresale aún en sus peores momentos, haciendo fácil entender por qué ella querría permanecer a su lado. Lady Gaga interpreta a Ally como una chica normal y bondadosa, con varias inseguridades pero sin ser una ingenua. La escena en la que canta <<Shallow>> (Oscar a Mejor Canción garantizado) es una maravilla: en su rostro se refleja todo el conflicto de sus emociones, hasta que, poco a poco, vemos el nacimiento de una estrella sobre ese escenario.

Si hay un problema con la película, está en su segunda parte. Quizás está demasiado enfocada en Jackson. Las historias de adicción se me hacen limitadas por su naturaleza recursiva y reiterativa. Aunque el guión hace lo que puede por avanzar la historia, se estanca cuando descuida la perspectiva de Ally. Se abandona temas relevantes a su arco desde el principio: el peso de la fama, la incomodidad con los fans, la honestidad de su música. Además, Cooper parece insistir que ella le debe todo a él --reflejado en la súbita transición de Ally en una artista pop superficial (una cosa es el look de diva, otra es la composición de su música), a quien él debe “rescatar” escribiéndole una canción y con ciertos sacrificios--. La última hora de la película parece limitada al alcohol y la codependencia amorosa, cuando era mucho más que eso al principio.




No obstante, incluso en sus momentos más débiles, el excelente soundtrack es lo que sostiene y une la experiencia. La evolución de los géneros musicales y la instrumentación de las canciones acompaña perfectamente la evolución de sus protagonistas. Folk con una guitarra, Country rock, Pop básico, Baladas con orquesta… todas tienen un sentido (si tan sólo hubieran recurrido al potente recurso musical del reprise hacia el final, el camino hubiera sido perfecto). Incluso el diseño sonoro cambia: la claridad y limpieza de las voces van aumentando entre “más producidos” están sus artistas.

La verdad, qué gusto es oír a Gaga cantar. La mayoría podrá estar sorprendido de cómo logró alejarse de su extravagancia para actuar, pero a mí me impresionó su versatilidad como intérprete vocal. Su voz es lo que más sobresale de A Star Is Born y Cooper, el director, nos deja disfrutar de ella. Menos notoria, pero igual de maravillosa, es la fotografía de Matthew Libatique, cuya cámara en mano, uso del color, e iluminación con reflectores dan mucha energía, sin quitarle protagonismo a nadie.




Como su brillante campaña publicitaria nos recuerda, esta historia sobre dos artistas que creyeron en el otro y encontraron amor en el arte es más que la trama de esta película; también se trata de Lady Gaga y Bradley Cooper. Tal vez ese sea el encanto más grande de A Star Is Born: en cierta forma, su detrás de cámaras refleja una versión de lo que vimos en pantalla. Y, definitivamente, ambos artistas nos mostraron algo muy bonito. 





Por cierto, mi Top 5 del Soundtrack
1. Is that
Alright?

2. Shallow
3. Always Remember Us This Way
4. Maybe It's Time
5. La Vie en Rose

No hay comentarios.:

Publicar un comentario