lunes, 19 de octubre de 2015

Beasts of No Nation


★★★

USA: 2015, 137 min.
Clasificación: B15
Director:  Cary Fukunaga
Guión:   Cary Fukunaga
Con: Abraham Attah, Idris Elba, Kobina Amissah-Sam, Ama K. Abebrese, Francis Weddey, Emmanuel Nii Adom Quaye.
Drama. Guerra. Coming of Age.


La primera película original de Netflix ha llegado. El estudio (?) decidió arriesgarse lanzandola simultáneamente en cines (para poder competir en premios) y en su sitio web. Por esto muchas compañías de cine se indignaron y se rehusaron a proyectarla; aquí en México todos tendrán que verla en su computadora. Pero, fuera de la controversia de su estreno… ¿es Beasts of No Nation un digno paso para la dominación mundial de Netflix? En general, sí.

Es una película valiente y muy dura. Cary Fukunaga dirige y adapta la novela de Uzodinma Iweala a sangre fría, sin nada de sentimentalismos. Cuenta la historia de Agu (Abraham Attah), un chico en un país africano (jamás se dice el nombre), obligado a unirse a un grupo de guerrilleros. Su batallón es dirigido por el Comandante (Idris Elba), un hombre temible e imponente que aterroriza a sus hombres, al tiempo que los inspira.


Definitivamente hay secuencias muy potentes --aunque aterradoras-- que son inesperadamente hermosas (un par de planos secuencia son memorables). Fukunaga, también cinematógrafo, favorece colores cálidos y saturados; y movimientos fluidos de cámara que generan una atmósfera casi espiritual, contrastante con la agresividad en las acciones. Sin duda, lo más poderoso de la película es observar cómo Agu va perdiendo su sensibilidad ante tanta violencia; cómo deja de ser inocente y se vuelve una bestia.

Abraham Attah es magnífico para el papel. A sus 14 años parece incapaz de dar un paso en falso. El dolor, confusión, tristeza y auto repulsión que expresa son conmovedores, se quedan en nuestro corazón. Es una interpretación tan poderosa, que a tiempos ecipsa a Idris Elba. Como el Comandante, el actor británico explota su imponente fisicalidad y la potencia de su voz, aunque su actuación nunca deja de ser matizada. Me parece, no obstante, que el personaje sorprende e impacta menos de lo que debería.


En general --como suele ocurrirle a las películas de guerra y coming of age--, Beasts of No Nation pierde impacto hacia el final. La película se extiende de más, incluso cuando el problema y los temas ya son más que claros. A veces se siente repetitiva en tanto dolor y violencia, y sus más grandes escenas palidecen rodeadas de momentos menores. Además, nunca son claras las distintas facciones de la guerra: es difícil saber quién está peleando con y contra quién, y por qué (Aunque, tal vez, ese sea el punto).

Por más brutal (o repetitiva) que sea, Beasts of No Nation vale el doloroso camino. Es un duro retrato de la bestialidad humana, pero también de la perseverancia de la inocencia. Dirigida con seguridad, llena de actuaciones honestas, e imágenes poderosas, me hace preguntar de qué otra forma planea arriesgarse Netflix en su incursión al cine.

Si nominaron al Oscar a Quvenzhané Wallis... ¿por qué no a él?


Lo Mejor: Sin duda, medio Hollywood tiene celos del talento de Abraham Attah. Un estilo inesperadamente espiritual. Los planos secuencia de Fukunaga siguen siendo su fuerte. La música de Dan Romer es sencilla pero complementa muy bien las imágenes.

Lo Peor: Demasiada repetición de tristeza y sufrimiento hacen que pierda impacto. Dura mucho. Entiendo que buscaban universalidad, pero eso de no saber quién pelea contra quién es confuso. No me encantó el uso inconsistente de la voz en off.

Paréntesis: Las películas de guerra y coming of age suelen parecerme muy largas. Creo que su punto es siempre tan claro desde el inicio que no ameritan la extensión. ¿Soy el único?

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