miércoles, 22 de febrero de 2017

Manchester by the Sea

★★★★

(Manchester junto el mar)
USA: 2016, 137 min.
Clasificación: B15
Director: Kenneth Lonergan
Guión: Kenneth Lonergan
Con: Casey Affleck, Lucas Hedges, Michelle Williams, Kyle Chandler.
Drama.


Tuve la oportunidad de ver Manchester by the Sea en noviembre, en una función especial. La huella que dejó en mí fue tan grande que incluso ahora, después de haber visto muchos otros estrenos, puedo asegurar que ninguna otra película (estadounidense) de 2016 me llegó tan profundamente y me conmovió tanto como esta. Es deprimente, sí, pero también tiene momentos de gran compasión, humor y ternura. Es casi como la vida.

El guionista y director Kenneth Lonergan hace un impecable y transparente trabajo que oscila sin esfuerzo entre el drama y comedia negra, así como todos los puntos intermedios. Toma una historia en apariencia sencilla y cotidiana y la lleva a la pantalla con una honestidad brutal. Lee Chandler (Casey Affleck) es un miserable conserje en Boston, que es forzado a regresar a Manchester cuando su hermano (Kyle Chandler) tiene un ataque. Ahí, tendrá que asumir la responsabilidad de su sobrino (Lucas Hedges) y enfrentarse a demonios del pasado.


La película no se contenta con seguir fórmulas o estructuras; deja puertas abiertas, capítulos inconclusos, obstáculos aún por superar. Es más que nada un estudio del protagonista, sus emociones, sus conflictos y sus problemas para lidiar con ellos. Como Lee, Casey Affleck brinda la actuación del año. No hay una nota falsa o exagerada: su dolor, su frialdad, su ironía, sus culpas, su lucha por ser mejor, sus intentos de dulzura... todo se lee transparentemente en el rostro de Affleck y llega directo a  tu corazón.  

El resto del reparto es espectacular también, comprometido con mantener el naturalismo y honestidad. Michelle Williams es memorable a pesar de pocos minutos en pantalla. Ella y Affleck dan todo en una de las escenas más incómodas y tristes que ha visto el cine en mucho tiempo. Lucas Hedges, como el sobrino Patrick, despliega un carisma envidiable, pero siempre deja entrever muy sutilmente el tormento emocional por el que pasa. Y Kyle Chandler -en flashbacks- emana una estabilidad paternal que justifica todo el drama después de su muerte.



Manchester By the Sea es difícil, lo reconozco. Toma su tiempo, su duración es algo excesiva y el ritmo en la última hora es inconstante. No tiene una estructura predecible y hay momentos que parecen llevar a ninguna parte (aunque es el punto de Lonergan: crear una pequeña ventana a una vida real, donde no todo existe por una razón). Además puede resultar bastante triste para algunos (y no es de las que hace llorar con amor/odio). Pero es una experiencia genuina, humana y poderosa. Su impacto en las emociones es innegable. Es una película que se queda contigo.


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