lunes, 12 de febrero de 2018

The Post

★★★

The Post: los oscuros secretos del Pentágono
USA: 2017, 115 min.
Clasificación: B
Director: Steven Spielberg
Guión: Liz Hannah, Josh Singer
Con: Meryl Streep, Tom Hanks, Bob Odenkirk, Tracy Letts, Bradley Whitford, Bruce Greenwood, Matthew Rhys, Carrie Coon, Sarah Paulson.
Biografía. Drama.


The Post (“los oscuros secretos del Pentágono”, uno de los peores subtítulos de la década) es exactamente lo que esperaban bajo el encabezado “dirigida por Steven Spielberg y protagonizada por Meryl Streep & Tom Hanks”, e, incluso, un poco más. Es entretenida, interesante, sorprendentemente ligera, cálida, algo manipuladora, llena de sermones, con buenas actuaciones y, aunque es basada-en-hechos-reales, trata un tema aún relevante (en particular en su contexto estadounidense).


Meryl Streep es Katherine Graham, la nueva dueña y presidente de The Washington Post (que aún era un periódico local a principios de los setenta). Su mesa directiva -- todos hombres-- no la apoyan. Creen que, como una señora de sociedad, sólo es buena para organizar banquetes, pero definitivamente no para administrar el negocio, que, además, tiene problemas económicos. Más complicaciones surgen cuando el New York Times publica una historia que revela encubrimientos del Gobierno estadounidense sobre la Guerra de Vietnam, y la administración de Nixon bloquea los artículos.


Ben Bradlee (Tom Hanks, hermosamente gruñón), editor en jefe del Post, aboga por la responsabilidad periodística de encontrar los papeles y publicarlos (de paso, aprovechar que su competencia se enfrenta a una demanda del Gobierno). El público debe saber la verdad. Todos sus reporteros lo respaldan, en particular Ben Bagdikian (Bob Odenkirk, grandioso y sutil como siempre. Vean Better Call Saul: lleva tres temporadas ofreciendo actuaciones casi perfectas sin reconocimiento alguno) quien sospecha dónde encontrar los documentos originales… Pero la controversia podría significar la ruina financiera del Washington Post, el negocio familiar que Katherine tanto ha luchado por cuidar, y muchos de sus amigos de sociedad son políticos involucrados en el escándalo. Sin apoyo, sin confianza, con el tiempo encima, ¿cuál es la decisión correcta?


Liz Hannah y Josh Singer, los guionistas, tuvieron la magnífica idea de enfocar la mayoría de la película en el conflicto personal de Katherine: es una forma de crear una conexión personal, además de moral, con el material. (Sobran mucho un prólogo y epílogo que se sienten más como secuencias post-créditos de Marvel, que una parte integral de The Post). Meryl Streep, nos regala su mejor interpretación desde Julie y Julia, recuperando los matices y detalles que tanto han faltado en sus últimas películas (Florence Foster Jenkins, Into the Woods, The Iron Lady...). Al final, a pesar de los papeles, esta es la historia del crecimiento de Katherine Graham y cómo, poco a poco, aprende a creer en sí misma.


Spielberg, como es su costumbre, mantiene el ritmo ágil e interesante a pesar de que el material no parecería muy atractivo. Su cámara está en constante movimiento, intercala escenas para mantener nuestra atención en momentos más lentos, e incluso usa inteligentemente el proceso de edición/impresión de un artículo para generar tensión. También, como es su costumbre, no puede evitar ciertas metáforas visuales muy obvias, o momentos de sermoneo intensos donde los personajes expresan elocuente y explícitamente todos los mensajes de su película. Lo que sí, es indiscutible su amor e interés por la historia que cuenta y eso se agradece enormemente.

Entiendo por qué The Post ha funcionado mucho en Estados Unidos. Su Primera Enmienda es muy importante para ellos, en particular ahora que la administración Trump ha desatado controversias respecto a la libertad de expresión y la libertad o veracidad de la prensa. Creo que aquí en México (que desde el PRI y Televisa nos han acostumbrado a la censura y el control mediático) tendrá menos impacto y alcance (es una exclusiva Cinemex, con menos salas en el país), aunque deberíamos prestarle más atención: la integridad periodística, la búsqueda de la verdad, y la denuncia de la corrupción debería ser prioridades de todos. Tal vez necesitamos una especie de The Post mexicano. Si llega a pasar, ojalá sea tan entretenida como esta película de Spielberg.

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