★★★
Tres anuncios por un crimen
USA: 2017, 115 min.
Clasificación: B15
Director: Martin McDonagh
Guión: Martin McDonagh
Con: Frances McDormand, Sam Rockwell, Woody Harrelson, Abbie Cornish, Peter Dinklage, Lucas Hedges, Zeljko Ivanek, John Hawkes, Samara Weaving.
Drama. Crimen.
Three Billboards Outside Ebbing Missouri, desde el título, se presenta como una propuesta excéntrica y original. Es una historia sobre ira y venganza narrada con violencia, sarcasmo, enojo y una sorprendente (aunque inconsistente) humanidad. Creo que la película del guionista/director Martin McDonagh tiene mucho que admirar (llevo muchos días reflexionando al respecto y aún no sé bien qué pensar), aunque, por diseño, es difícil quererla.
Desesperada por los pocos avances en la investigación del asesinato de su hija, Mildred Hayes (la inigualable Frances McDormand) contrata tres anuncios a las afueras de su pequeño pueblo (Ebbing, en Missouri) para forzar la atención de la policía: “Raped While Dying”, “And still no arrests”, “How come, Chief Willoughby?”. Esto no le sienta bien a nadie en la comunidad: el jefe (Woody Harrelson), un cariñoso esposo y padre de familia, es una figura amada por su integridad. Las disputas locales empiezan a acalorarse, en especial cuando el racista e idiota oficial Dixon (Sam Rockwell) se involucra.
Mildred es una persona gloriosamente compleja. Áspera, herida, grosera, ruda, insegura; usa su enojo casi como un grito desesperado para encontrar a alguien que la haga recobrar la esperanza. Frances McDormand está increíble: habita en la delgada línea entre farsa y tragedia; imprimiendo dolor, culpa y un toque de acidez en cada acción de Mildred. Es claro que se siente sola y piensa que no hay nadie en quien pueda confiar --ni siquiera en su noble hijo Robbie (Lucas Hedges), o su exmarido (John Hawkes) que ahora sale con una chica casi adolescente (Samara Weaving, una fuerza cómica)--, por eso no le importa ser desagradable. A pesar de esto, Mildred siempre resulta interesante y podemos tener empatía por lo que hace, aunque no lo aprobemos.
El problema principal de Three Billboards es que esto no ocurre con ningún otro personaje. A excepción de Willoughby --interpretado encantadoramente por Woody Harrelson, que imprime sincera calidez y un toque de sarcasmo-- todos los demás son odiosos, irritantes o demasiado unidimensionales. Es imposible empatizar con su furia o soportar su mezquindad porque no existe otra característica en ellos. Un largometraje entero de caricaturas insultándose y golpeándose no es particularmente grato, aunque al final, el punto de McDonagh sea demostrar (y lo recalca explícitamente en algunas ocasiones) que el amor debe ser la respuesta a la ira y la violencia. Los pequeños momentos de calidez resaltan mucho, de esta forma, entre el frenesí de humillaciones… ¿pero están justificados en su totalidad?
Este problema es particularmente evidente en el caso de Dixon, el policía intolerante y agresivo interpretado por Sam Rockwell. Su personaje ha desatado controversia porque McDonagh le escribió un “arco redentor” (la gente no aprueba que se perdone y justifique a un racista con tanta facilidad). Opino que este giro es temáticamente importante y es él quien permite que haya un cierre. No obstante, el cambio en Dixon ocurre de la nada: al principio es genuinamente insoportable por estúpido y prejuicioso; y súbitamente (después de una escena importante) adquiere conciencia y humanidad incondicionales. Rockwell seguramente ganará el Oscar por el “rango” y “complejidad” de su actuación, aunque, a diferencia de McDormand o Harrelson, en ningún momento permite que las contradicciones de su personaje convivan. Su Dixon parece dos personajes, el malo y el feo. Su redención se siente falsa porque nunca nos demuestra que había en él algo que redimir… aunque era precisamente el punto de McDonagh resaltar que, a través del amor, cualquiera puede ser mejor. (¿Notan cómo está siendo irritante a propósito?).
(SPOILERS INEVITABLES)
Esta idea hubiera resonado con más fuerza si hubiera terminado la película 10 minutos antes. Acabar con la conversación entre Dixon y Mildred en los columpios era suficiente. Pero su último giro y el final abierto no aportan (Marvel los habría puesto al final de los créditos) y, de hecho, contradicen el resto del filme. Si su propósito era expresar cómo, incluso aunque se ha entendido la lección amor/ira, es difícil atenerse al amor… ¿por qué no incorporó este problema al resto de la historia, en Dixon, o en Mildred? ¿Para qué hacer una redención mágica cuando quería mostrar dudas de todas formas? Por otra parte, si lo que buscaba era decir que la violencia siempre gana, ya era suficiente saber que todos los asesinos y violadores de la película siguen libres al final y no tener algún tipo de justicia.
(FIN DE SPOILERS)
Creo que analizar Three Billboards ha sido mucho más placentero que verla. Es estimulante diseminar su guión y Frances McDormand es magnética. Admiro a McDonagh por escribir una historia llena de incertidumbre y crear momentos genuinamente tensos (con grandes tangentes cómicas). Sin embargo, no puedo decir que me gustó. No hay nada grato porque todo necesita ser irritante... o al menos McDonagh parece creer eso. Aunque predica el amor, su voz es iracunda. Ni siquiera podemos sentir pasión o empatía por lo que dirige; sólo un enojo que necesita expresar desesperadamente. Tal vez esta película sea su propia versión de los tres anuncios; un llamado desesperado como el de Mildred (sería un meta toque maestro). Si es así, espero que encuentre amor.
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