★★★★
Llámame por tu nombre
USA: 2017, 132 min.
Clasificación: B15
Director: Luca Guadagnino
Guión: James Ivory
Con: Timothée Chalamet, Armie Hammer, Michael Stuhlbarg, Amira Casar, Esther Garrel.
Romance. Drama.
El director Luca Guadagnino (Io sono l’amore, A Bigger Splash) tiene la magnífica capacidad de evocar deseo a través de imágenes y sonidos. En Call Me By Your Name realiza una representación casi perfecta de cómo se siente descubrir el amor y la sexualidad por primera vez: confuso, inesperado, emocionante, agobiante, intenso…
James Ivory (vean A Room With a View antes que la quiten de Netflix), el veterano director, escribió esta adaptación de la novela homónima de André Aciman (con algunos cambios que mejoran ampliamente la historia). Retrata un verano en el campo italiano, a principios de los ochenta, y sigue a Elio Perlman (Timothée Chalamet), un joven de 17 años que mata el tiempo leyendo, transcribiendo música, nadando, o ligando con su amiga Marcia (Esther Garrel). Su padre (Michael Stuhlbarg, encantador) es un profesor especialista en cultura greco-romana y todos los veranos invita a un alumno a su villa para ayudarlo en sus investigaciones. Este año, el elegido es Oliver (Armie Hammer), un americano que casi parece una estrella de cine.
Rodeados por el calor y la naturaleza de Italia (seductoramente capturados por el fotógrafo Sayombhu Mukdeeprom), en medio de salidas en bicicleta, caminatas, desayunos, y chapuzones en el río, Elio y Oliver comienzan a descubrir que la aparente hostilidad y los destellos de dulzura que comparten son señales de que, tal vez, hay algo más pasando entre los dos. La película discurre casi como las vacaciones de verano: perezosa, tranquila, sin prisa. La estructura en viñetas del guión permite que el acercamiento entre ambos personajes sea orgánico y complejo: en ningún momento hay “amor a primera vista” o un “momento mágico”. Ninguno termina de comprender qué es realmente lo que siente porque es nuevo; su duda y el anhelo son palpables.
El foco principal está en Elio, en su experiencia de autoconocimiento y su lento descubrir a Oliver. Timothée Chalamet es una revelación: carismático, inteligente, conmovedor, e inocente; interpreta cada momento con naturalidad y sin esfuerzo. (Su escena final es oro). Amo la forma en que representa físicamente el estado de hiper-autoconciencia que siente cada vez que está cerca de Oliver: a veces demasiado envalentonado, otras, casi avergonzado de su cuerpo. Armie Hammer (escultural, --yo también me cohibiría si tuviera que estar parado junto a él--) derrocha actitud, y comparte gran química con Chalamet. A pesar de sus diferencias de edad, hacen que el romance funcione hermosamente.
De hecho, las interacciones de todo el reparto se sienten genuinamente humanas. No hay una nota falsa en ellas. Michael Stuhlbarg, como el Sr. Perlman, merecía todas las nominaciones a Actor Secundario (los odio, Oscars): es una fuente de empatía, entendimiento y calidez adorable. Los reto a no llorar en una conversación que mantiene con su hijo (a mi gusto, la mejor escena de una película estrenada en 2017 -que he visto hasta ahora-). Amira Casar es una de las mamás más cool que han retratado en una película; culta, brillante y cariñosa. Y ojalá escuchemos más de la francesa Esther Garrel, que, como el otro interés amoroso de Elio, eleva su papel secundario.
Todos los actores prestan increíble atención a los detalles, las miradas, las posturas, las pausas, las distancias. Y Guadagnino usa todos estos micromomentos para expresar clara y fuertemente el estado emocional de Elio. No hay necesidad de voz en off (Ivory en un principio había escrito algo de narración que el director sabiamente eliminó); sólo hay que tener paciencia para acompañar a Elio en su aprendizaje sobre el deseo y el primer amor. Junto con él, Call Me By Your Name se va descubriendo poco a poco, hasta enamorarnos perdidamente.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario