★★★½
Viudas
USA: 2018, 128 min.
Clasificación: B15
Director: Steve McQueen
Guión: Steve McQueen, Gyllian Flynn
Con: Viola Davis, Elizabeth Debicki, Michelle Rodríguez, Brian Tyree Henry, Colin Farrell, Cynthia Erivo, Liam Neeson, Daniel Kaluuya, Robert Duvall, Carrie Coon, Jacki Weaver.
Thriller. Crimen. Drama.
Antes que nada, Widows es una película de Steve McQueen (Shame, 12 Years a Slave): enojada, observadora, trágica, y socialmente consciente. Al mismo tiempo es un thriller, específicamente un heist film (de atraco/robo). El marketing de la película ha posicionado lo segundo, y varias críticas se refieren a los elementos mcqueenescos como un “extra” o una “fusión de géneros”. Creo que estas observaciones son fatales: McQueen es un artista con una visión y estilo muy particulares, a través de los cuales aborda Widows orgánicamente.
Los que que esperaban Ocean’s 8 parte II, fueron engañados (en mi función, una familia con una niña pequeña se salió de la sala del cine a los 10 minutos). Esta es también una historia sobre un grupo de mujeres con un plan meticuloso para apoderarse de mucho dinero. La diferencia es que aquí no hay glamour. Chris Nolan reflexionaba, escribiendo Inception, que los heist films son superficiales por naturaleza; puro espectáculo y poca emoción. McQueen --adaptando la mini-serie de Lynda la Plante-- encuentra una forma de imprimir drama, sin perder el entretenimiento: estas viudas no roban por el placer o la emoción, sino para superar las injustas repercusiones del “trabajo” de sus maridos.
Queen of acting |
Veronica Rawlings (Viola Davis, fría, herida, y sublime) recibe amenazas del criminal Jamal Manning (Brian Tyree Henry) para recuperar el dinero que le robó su marido (Liam Neeson, en un gran trabajo). Manning quiere financiar su campaña política contra Jack Mulligan (Colin Farrell) para representar a un distrito pobre de Chicago. El director enfatiza la ironía de esta lucha: Jamal parece culpable de la miseria en la zona --con los matones liderados por su hermano (Daniel Kaluuya, aterrador)--, mientras que Mulligan vive en una burbuja de privilegios. Ambos quieren poder; no ayudar a la gente.
Mientras, Linda (Michelle Rodriguez, en su mejor actuación de la vida) perdió su tienda de ropa por culpa de las apuestas de su esposo, y no tiene cómo mantener a sus hijos. Otra viuda, Alicia (Elizabeth Debicki, magnífica) es empujada por su abusiva madre (Jacki Weaver) a trabajar como escort para recuperar el estilo de vida al que estaba acostumbrada. No es de sorprenderse que este grupo de mujeres se una para salir adelante. “Quiero que mis hijos sepan que no me quedé sentada sin hacer nada. Al menos hice la lucha.” dice Linda.
La película da muchas vueltas y guarda varias sorpresas, como todo buen thriller . Quizás la historia es demasiado enredada, pero el guión siempre es claro. El MVP --como siempre-- es el editor Joe Walker (Arrival, Blade Runner 2049), que encuentra contrastes, tensión y momentum en la historia, sin sacrificar las escenas más personales. Por fortuna, la película tiene un ensamble impresionante: aunque Viola Davis es la protagonista (y está increíble, como siempre), la fuerza de la interpretación coral es aún más potente que sus componentes individuales. Quiero destacar mucho a Debicki, que explota al máximo su breve arco; a Kaluuya, que crea uno de los villanos más formidables de los últimos años; y a la encantadora (e incomparablemente atlética) Cynthia Erivo en el papel de Belle, una mujer afroamericana que combina mil trabajos para criar a su hija.
Más que nada, el mérito es del director y guionista Steve McQueen. La opinión popular de que está “agregando profundidad” al heist film me parece dañina: implica pensar en un género vacío y formulaico. En vez de mezclarse con el thriller, creo que el cineasta está trabajando dentro de él para hacer algo muy personal que aborda sus temas recurrentes (injusticia, desigualdad, sexismo).
En serio qué miedo |
Quizás estoy sesgado; muchas de mis películas favoritas podrían ajustarse a esta descripción (No Country for Old Men, North by Northwest, Drive, Sicario). Pero insisto que los thrillers, aunque son entretenidos por naturaleza, no necesariamente deben ser convencionales o planos. No importa que haya seis misiones imposibles, ocho rápidos & furiosos, veinticuatro james bonds… hay que intentar mirar más allá; probar acercamientos diferentes. Por eso admiro a Steve McQueen: sigue usando su visión y estilo para agudizar cualquier historia que se encuentra.
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