lunes, 16 de marzo de 2015

Cinderella

★★ ½


USA: 2015, 112 min.
Clasificación: A
Director:  Kenneth Branagh
Guión:  Chris Weiz
Con: Lily James, Cate Blanchett, Helena Bonham Carter, Richard Madden, Derek Jacobi, Ben Chaplin, Hayley Atwell, Stellan Skarsgård
Fantasía. Infantil. Romance.




Hay una nueva tendencia en Hollywood: reinventar clásicos animados inspirados en cuentos infantiles, vía live-action. Disney, está particularmente interesado esto, para defender sus derechos sobre una vasta bóveda de títulos. Tristemente, las películas que han sacado hasta ahora no son las mejores. Van de ridículas (Alice in Wonderland) a estúpidas (Maleficent). Es un alivio encontrarse con una que al fin no provoca dolor de cabeza. Cinderella no es la maravilla que todos alegan, pero es suficientemente respetuosa con el material original (no vuelve a su heroína una guerrera o un hada incomprendida) y encantadora por su propia cuenta.
La historia es la que conocemos: Ella (Lily James) es una joven valiente y bondadosa, querida por sus padres (encantadores Ben Chaplin y Hayley Atwell). Cuando su madre muere y su papá vuelve a contraer matrimonio, trae a la casa no solo a una madrastra (Cate Blanchett), sino a dos odiosas hermanastras (Sophie McShera y Holliday Grainger, planas y olvidables, como deben ser). La tragedia acontece, Ella queda sola con su nueva familia, que, pobre y endeudada, despide al personal y empieza a usarla como sirvienta.
Simultáneamente el príncipe (Richard Madden) es forzado a contraer matrimonio por su moribundo padre, el rey (Derek Jacobi, encantador). Para ello, organiza un baile al que invita a todas las princesas del mundo, y así conseguir que el joven Kit se enamore. Pero él ya está enamorado de una chica que conoció en el campo (Ella, obviamente), por lo que decide extender la invitación del evento a todas las doncellas del reino, esperando reencontrarla.
Todo esto suena como territorio conocido, pero no se preocupen, el guión de Chris Weiz hace suficientes cambios y modernizaciones para seguir manteniendo nuestra atención, aunque no aporta nada que vuelva relevante o novedosa esta historia. El más bienvenido de todos es el intento (fallido, pero noble) de profundizar el personaje de Lady Tremaine, la madrastra. No es sólo una mujer cruel, sino alguien que también ha tenido su propio sufrimiento. Interpretada por Cate Blanchett, ella roba cada una de las escenas en las que aparece, con sus teatrales gestos o silenciosas reacciones.

Magnífica, como siempre
El director Kenneth Branagh (Thor, Hamlet), experto en drama shakespeariano, dirige nuestra atención y empatía a todos los puntos correctos. Además, el estilo clásico de la película --bien pudo haber sido filmada en los 90’s-- es una sorpresa grata. Recibe mucha ayuda de Patrick Doyle, que compone una música elegante y majestuosa; y de Dante Ferretti, cuyo diseño de producción estilizado y detallista materializa un mundo asombroso (con un toque mágico).
Tristemente no todos están en la misma sintonía: Sandy Powell (que seguro recibe una nominación al Oscar porque la vida es injusta) hace un trabajo muy exagerado --casi de mal gusto-- con los vestuarios. La mayoría lucen falsos y mal hechos (podía ver las costuras y hasta etiquetas de La Parisina colgadas). Son intencionalmente demasiado coloridos, pero desentonan con el resto de la película. Lo peor es que son inconsistentes: Blanchett siempre luce perfecta, mientras que el Hada Madrina (Helena Bonham Carter, ridícula) parece arreglada para boda de pueblo (o los 15s de Colibritany). Nota: sabes que estás haciendo algo mal cuando tu Cenicienta luce mejor en su vestido de diario que en en el baile. (Bring it on, haters)
Ahora, Lily James no se me hace una buena Cenicienta. Ya. Lo dije. Le hizo falta tiempo en su curso de actuación (o, según mi adorable madre, un buen teñido de cejas). Tampoco creo que sea particularmente hermosa, aunque sí desborda gracia y dulzura. Lo que desconcierta mucho es que la bella Hayley Atwell --que hace de su madre-- deja una impresión mucho más poderosa en tan solo unos minutos. Pero era muy “vieja” para el personaje, y la Agente Carter se quedó sin la oportunidad de ser una excelente princesa.
Al final del día, creo que ni ella hubiera logrado elevar mucho esta película. Es encantadora, sí, pero, no aporta un giro particularmente interesante en una historia tan trillada. Agradezco, no obstante, el brillante esfuerzo de Kenneth Branagh, por hacer el primer remake live action que puede disfrutarse y tomarse en serio. La han visto ya un millón de veces, pero no hay razón para negarle una nueva oportunidad.

Lo Mejor: Cate Blanchett. Elegante y clásica. Los diseños de la carroza y la zapatilla son gloriosos.

Lo Peor: Lily James. Muchos vestuarios parecen salidos del mercado. Repito: la han visto ya un millón de veces.



En serio no se me hace una princesa


No hay comentarios.:

Publicar un comentario