★★★
UK: 2015, 129 min.
Clasificación: B15
Director: Matthew Vaughn
Guión: Jane Goldman, Matthew Vaughn
Con: Colin Firth,Taron Egerton, Samuel L. Jackson, Michael Caine, Mark Strong, Mark Hamill, Jack Davenport.
Acción. Aventura. Espías. Comedia
Ninguna película de espías o agentes secretos se salva de la burla en Kingsman. Lo mejor es que no se limita a señalar y reírse de los clichés del género, sino que los incorpora brillantemente. El resultado es una emocionante historia de acción y aventura que también funciona como parodia. Es una sorpresa inesperada, llena de humor irreverente, violencia exagerada, misterios elaborados, personajes excéntricos y, sí, mal gusto. ¿Qué más podría pedir un fan?
Los Kingsman son un grupo británico de agentes secretos. Obtienen su nombre de los caballeros de la mesa redonda, y operan de forma independiente, ocultándose detrás de una sastrería. Cuando el agente Lancelot (Jack Davenport) fallece buscando a un importante profesor desaparecido, los caballeros deben nominar candidatos para reemplazarlo. Galahad (Colin Firth), el mejor (y más elegante) agente, postula al menos esperado de todos: Gary 'Eggsy' Unwin (Taron Egerton).
A pesar de ser un chico problema, sin estudios o caballerosidad; Eggsy tiene un gran corazón y mucha lealtad. También es hijo de un agente (otro Lancelot) que murió para salvarle la vida a Galahad. Ahora, Eggsy debe superar las difíciles pruebas junto --o a pesar de-- los demás candidatos (niños ricos de Oxford y Cambridge). Al mismo tiempo, Galahad continúa con la investigación del antiguo Lancelot (en serio deberían dejar de nombrar agentes con este nombre, es de mala suerte), lo que lo lleva a sospechar del filántropo genio de la computación, Valentine (Samuel L. Jackson).
Aquí vale la pena tomarse un tiempo para admirar el trabajo de estos actores, todos interpretando una parodia de algunos de sus personajes más icónicos. Colin Firth, la viva imagen de caballerosidad británica, combina su estilo con la letalidad de Jason Bourne y la exageración cómica (nunca la vulgaridad) de Austin Powers. Mark Strong explota su natural intelecto como Merlín, el ácido jefe de inteligencia. Michael Caine es todo lo que podría esperarse de Arthur, líder de los Kingsman. Y Samuel L. Jackson --disfrutando cada minuto en pantalla-- no podría estar más divertido como el villano pacifista con problemas del habla. Ridículo, ¿no?
De hecho, todo en la película es tan ridículo como suena, e incluso más. Y eso, es genial. Paraguas-rifles, internet malévolo, princesas cachondas, encendedores-granada, explosiones cerebrales, trajes-a-la-medida-armadura, asistentes con prótesis mortales, y muchas más locuras. Es un despliegue de lo absurdo, pero no podía esperar otra cosa del director de Kick-Ass. Además, todo es empleado para crear emocionantes, intensas e inesperadas escenas de acción. Son tan intencionalmente exageradas (a veces con mal CGI, a veces con asombrosas coreografías) que les aseguro no han visto iguales.
Yo me divertí mucho viendo Kingsman, aunque no creo que sea para todos. Sólo los fans de películas de acción y de espías podrán disfrutarla en su totalidad. Las referencias no terminan; tampoco las risas o las peleas. No es el tipo de película que sea considerada ‘buena’ o ‘importante’, pero es mejor que un simple ‘palomazo’ o placer culposo (tiene tan poca vergüenza que no hay posibilidad de sentirse culpable por disfrutarla). Es un muy buen rato, y ya.
Lo Mejor: Sentido del humor irreverente. Grandes peleas. Ver a Colin Firth pateando traseros literalmente. Genuinamente emocionante.
Lo Peor: Puede llegar a ser muy ridícula, incluso para sus estándares. Efectos malos (pero cómicos).
Paréntesis: Está basada en una serie de cómics que definitivamente empezaré a leer.
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