viernes, 17 de abril de 2015

Güeros

★★
USA: 2014, 112 min.
Clasificación: B15
Director:  Alonso Ruizpalacios
Guión: Alonso Ruizpalacios, Gibrán Portela
Con: Tenoch Huerta, Sebastián Aguirre, Ilse Salas, Leonardo Ortizgris, Raúl Briones
Cine de Autor. Comedia. Road Movie. Mexicana.


Realmente quería que me gustara Güeros. Fracasé. No paraba de admirar sus partes e ideas por separado, pero juntas, me parecían inconexas, desenfocadas, incluso pretenciosas. Es innegable que la ópera prima de Alonso Ruizpalacios nos introduce a un autor talentoso, con una visión original y valiente. De hecho espero ansioso su siguiente trabajo. Sólo deseo que el resultado sea mejor que éste.
Tomás (Sebastián Aguirre) llega al DF --después de algunos problemas--  a vivir un tiempo con su hermano, Fede “El Sombra” (Tenoch Huerta). Su visita sacude las vidas de Fede y su amigo Santos (Leonardo Ortizgris), que están estáticas debido a una huelga en la UNAM. Los tres deciden emprender la búsqueda de Epigmenio Cruz, un legendario rockero al que escuchaban cuando eran niños y les recuerda a su padre. Según el periódico, Cruz está muy enfermo y a punto de morir; pero aparentemente nadie sabe dónde está.
Así, los tres inician una serie de travesías que los llevará por toda la ciudad (y área metropolitana), y los hará encontrarse con muchos episodios que dibujan la vida cotidiana de la persona clase media-baja (C-) en el DF. Los contrastes, desigualdades, costumbres, problemas e ideas surgen y se ensamblan de forma sarcástica a lo largo de los ‘capítulos’ que conforman la película. Güeros es una especie de La Dolce Vita chilanga, con toques de Wes Anderson, Y tu mamá también y Temporada de patos.
Las influencias son muy dispares, pero logran una estética intencionalmente caótica y muy original (digna de Tarantino). La fotografía de Damián García es magnífica, aporta dinamismo y energía que aporta a cada movimiento. Su composición es excelente, y explota al máximo el aspecto ‘de la Academia’, 1:33 (o 4:3), que es casi-cuadrado. El hecho de estar en blanco y negro (en un tamaño de pantalla del cine clásico) usando movimientos hipermodernos, contribuye a la sensación de atemporalidad que ya genera el diseño de producción. Parece que estamos en los 90’s, pero algunos elementos fuera de época nos confunden.


El problema con la película es que este caos se extiende a todos los demás aspectos, particularmente el guión. Al principio, el protagonista es Tomás, pero después es eclipsado por el Sombra. Aparentemente, la historia iba a ser del chico que aprende sobre el mundo ‘adulto’; luego, se convierte en una especie de road trip para encontrar a una leyenda… después, se interrumpe por la historia de amor entre Fede y Ana (Ilse Salas), en medio de la huelga universitaria… y ya al final regresa a…. ¿dónde? La historia va y viene. Sus partes no están bien definidas, y este desenfoque parece un descuido, más que un fin. (Es tan obvio, que al final, SPOILER Fede tiene que dar un discurso en el que explica toda la película, como si supiera que el público necesita de ayuda para entender SPOILER).
También, la película ocasionalmente experimenta con la forma. El problema es que la mayoría de estos elementos aparecen de la nada y son inconsistentes. Ruizpalacios no normaliza la arbitrariedad de la experimentación: a veces parece seguir reglas (como el Tigre del Sombra, o la música de Cruz) y otras veces --la mayoría-- no (cuadros en negro, freeze frames, sonidos extradiegéticos, etc.). El momento más raro es una escena en la que se muestra el rodaje de la misma película (se cuela la claqueta) y un personaje habla sobre lo que estamos viendo. Es injustificado, no aporta a la historia y no se vuelve a repetir.
Realmente, el único malestar de Güeros es tener ideas brillantes que raras veces ensamblan. Cualquiera de sus dos protagonistas pudo ser un digno héroe (o antihéroe). Cualquiera de sus tres tramas pudo sostener una película completa. Cualquiera de sus estilizaciones pudo ser excelente. Pero le falta consistencia para ser experimental, y le sobran experimentos para ser tradicional. Es una comedia negra, con crítica chilanga, parte road movie, parte coming of age experimental, parte romance tradicional, todo, nada, chile, mole y pozole. Disfrutable, sí, pero, como apunta un personaje, tres changos filmados en blanco y negro y llenos de aventuras excéntricas no hacen cine de arte. No pude decirlo mejor.


Lo Mejor: Fotografía frenética, al mismo tiempo realista y estilizada. Gran selección y uso de música. Buenas actuaciones. Tiene momentos verdaderamente chistosos.

Lo Peor: Ver tantas ideas brillantes fracasar juntas. El gran paréntesis en la UNAM se extiende demasiado. En serio, ¿quién es el protagonista?

Paréntesis: Recientemente ha habido varias películas en 'formato Academia': Ida, Budapest Hotel, The Artist, Fish Tank, Güeros…. ¿será nostalgia por el cine viejo o pura coincidencia?


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